Introducción a la mitología cántabra

29/10/2025

La mitología cántabra es una de las más ricas, desconocidas y fascinantes del folclore peninsular. Profundamente ligada al paisaje agreste del norte de España, esta tradición oral mezcla elementos paganos, creencias prerromanas y símbolos naturales que sobreviven aún en muchas leyendas populares.

No es solo un conjunto de cuentos antiguos. La mitología cántabra es una forma de entender el mundo, de relacionarse con la naturaleza, y de transmitir valores, miedos y conocimientos en una sociedad que vivía en estrecho contacto con sus montañas, ríos y bosques.

Hoy, esta herencia está siendo redescubierta y valorizada, tanto en el ámbito cultural como en el turístico, y se ha convertido en una parte esencial de la identidad regional.

El origen de la mitología cántabra

Influencias culturales y contexto histórico

La mitología cántabra tiene raíces profundas en las creencias de los antiguos cántabros, un pueblo prerromano que resistió la romanización durante décadas. Su cosmovisión estaba fuertemente ligada a la naturaleza, los astros, los ciclos agrícolas y los animales.

Con el paso del tiempo, estas creencias se mezclaron con:

  • Elementos celtas traídos por migraciones y contactos comerciales.

  • Simbolismo cristiano tras la evangelización, que reinterpretó o demonizó figuras paganas.

  • Tradiciones orales locales que evolucionaron con cada generación.

El resultado es un universo mitológico original, poblado de seres mágicos, espíritus naturales, monstruos y deidades ancestrales.

Seres sobrenaturales en la mitología cántabra

El Ojáncanu: símbolo del mal desatado

Uno de los personajes más emblemáticos de la mitología cántabra es el Ojáncanu, un gigante salvaje, peludo, de fuerza descomunal y con una sola gran ceja que le cruza la frente.

Representa el caos, la brutalidad y la maldad sin control. Suele atacar a pastores, destruir cosechas y robar ganado. Vive en cuevas, en zonas inaccesibles, y es temido por todos.

Para vencerlo, según la leyenda, hay que arrancarle un diente canino, ya que es su punto débil. Esta figura recuerda a los trolls escandinavos o los ogros celtas, pero con un marcado carácter local.

La Anjana: protectora de los buenos

En contraste directo con el Ojáncanu, aparece la figura de la Anjana, un ser femenino de gran belleza, vestida con túnicas blancas y rodeada de luz. Vive en bosques y cuevas, y ayuda a los viajeros, protege a los animales y recompensa a los justos.

Es símbolo de bondad, esperanza y equilibrio natural. Muchas leyendas hablan de su lucha contra el mal o de cómo guía a los perdidos con su canto y su luz.

La Anjana es probablemente una reminiscencia de antiguas divinidades madre, asociadas a la tierra fértil y a la protección de la vida.

El Trenti: travieso y esquivo

El Trenti es un duende del bosque, pequeño, de piel oscura y ojos brillantes, cubierto de musgo y hojas secas. Es un espíritu burlón, que se divierte asustando a los caminantes, tirando piedras o haciendo ruidos extraños.

No es malvado, pero sí impredecible. Su función mitológica parece estar relacionada con la advertencia: no debes adentrarte sin respeto en los dominios del bosque.

La Guajona: figura de la muerte

La Guajona es una figura temida, mezcla de bruja y espectro. Se dice que vaga por los caminos en la noche, con uñas largas y afiladas, buscando a quienes se han portado mal para chuparles la sangre mientras duermen.

Esta imagen recuerda a los vampiros europeos, pero también a figuras femeninas asociadas al castigo y la justicia sobrenatural. Representa los miedos nocturnos y las consecuencias de los actos malvados.

El Musgoso: el alma de la naturaleza

El Musgoso es otro de los espíritus del bosque, más asociado a la sabiduría, la paciencia y la permanencia de lo natural. Se le representa como un ser cubierto completamente de musgo y líquenes, silencioso, que solo aparece a quien se comporta con respeto hacia el monte.

Es símbolo de conexión con la tierra, el conocimiento antiguo y la armonía con el entorno.

Mitos y leyendas de lugares concretos

Las cuevas: puertas al mundo mágico

Muchas leyendas de la mitología cántabra sitúan a sus criaturas en cuevas profundas o inaccesibles, consideradas portales hacia otro mundo. Estas cavidades no son solo refugio físico, sino lugares de transformación espiritual, donde el tiempo se detiene y lo invisible se manifiesta.

Entre las más conocidas están:

  • La cueva del Soplao, donde dicen que habitan los Ojáncanos.

  • Las cuevas de El Pendo y Covalanas, con restos prehistóricos y leyendas asociadas a los primeros pobladores.

Los ríos y fuentes: origen de lo sagrado

En la mitología cántabra, el agua tiene un papel sagrado. Muchas fuentes están habitadas por Anjanas o por espíritus femeninos que conceden deseos si se respeta el lugar. Tirar basura o maldecir cerca del agua puede provocar desgracias.

Algunas leyendas incluso afirman que ciertas fuentes brotan donde una Anjana lloró, y que sus aguas curan enfermedades.

Montañas y piedras con alma

Lugares como los Picos de Europa, el Monte Hijedo o Peña Labra están llenos de mitos. Muchas rocas tienen nombre y cuentan con leyendas que explican su forma, su origen o su poder.

Las montañas son vistas como hogares de los dioses, testigos eternos del paso del tiempo y espacios donde se guarda la memoria ancestral del territorio.

Función social y cultural de la mitología cántabra

Educación y transmisión de valores

La mitología cántabra no es solo entretenimiento. Durante siglos, estas historias funcionaron como herramientas educativas. A través de ellas, se enseñaban valores como:

  • El respeto a la naturaleza.

  • La importancia de la comunidad.

  • El castigo al egoísmo o la maldad.

  • La recompensa a la bondad y la humildad.

Los niños aprendían escuchando a los mayores, y las leyendas eran adaptadas a cada contexto para reforzar normas sociales y éticas.

Control del territorio

La aparición de figuras como el Trenti o la Guajona en determinados caminos o zonas boscosas servía también para regular el uso del espacio. Se desaconsejaba que los más jóvenes salieran solos, o que se invadieran territorios sagrados sin permiso.

De esta forma, la mitología cumplía una función de protección colectiva e identidad territorial.

Recuperación contemporánea de la mitología cántabra

Turismo cultural y etnográfico

En los últimos años, la mitología cántabra ha sido redescubierta como activo cultural y turístico. Se han creado rutas mitológicas, centros de interpretación, festivales y actividades escolares basadas en estas leyendas.

Esto permite:

  • Revalorizar el patrimonio oral.

  • Fomentar el turismo respetuoso.

  • Dar visibilidad a la cultura local frente a la globalización.

Municipios como Cabezón de la Sal, Liébana o Campoo han integrado la mitología en su oferta cultural.

Literatura, arte y divulgación

Muchos escritores, artistas y divulgadores están usando la mitología cántabra como fuente de inspiración. Desde novelas hasta ilustraciones, cortometrajes o videojuegos, estas historias están llegando a nuevas generaciones de formas creativas.

Autores como Manuel Llano o José María de Pereda ya recogieron estas tradiciones en su obra. Hoy, nuevas voces siguen esa línea para preservar y actualizar el legado.

Educación y orgullo identitario

En un contexto de despoblación rural y pérdida de tradiciones, la mitología cántabra actúa como elemento de conexión con las raíces. Muchas escuelas trabajan con estas leyendas para fomentar el interés por la historia local y reforzar el vínculo de los jóvenes con su territorio.

Es también una forma de reivindicar la riqueza cultural de Cantabria frente al centralismo cultural del país.

Comparación con otras mitologías del norte

Influencias y paralelismos

La mitología cántabra comparte elementos con otras mitologías del norte peninsular, como la asturiana o la gallega. La figura de la Anjana, por ejemplo, se parece a la Xana asturiana o a las Mouras gallegas.

Sin embargo, la cántabra tiene una identidad propia muy marcada, con figuras exclusivas como el Ojáncanu o la Guajona, y un lenguaje simbólico fuertemente ligado a los valles y montes cántabros.

Lo que hace única a la mitología cántabra

Lo que distingue a la mitología cántabra es su brutalidad naturalista y su equilibrio entre el bien y el mal. Aquí, la naturaleza no es solo escenario, sino personaje. Los espíritus no son moralistas: son fuerzas autónomas, que actúan con sus propias reglas.

La belleza y la amenaza conviven, y el ser humano debe aprender a moverse en ese territorio simbólico con respeto y humildad.

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